Desde la aparición de las primeras piezas, la salud oral infantil también está comprometida si no adoptamos medidas preventivas y unos hábitos de higiene adecuados. Según la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), la caries es, sin duda, la enfermedad más común durante la infancia, produciendo inflamación, un intenso dolor físico e incluso afectando al aprendizaje de los más pequeños.

Desde nuestra clínica dental en Usera, queremos hacer hincapié en la importancia de la formación sobre hábitos de higiene bucodental y alimentación que deben conocer tanto los padres como las madres y que deben transmitirse a los hijos. De esta manera, junto a las revisiones con el odontopediatra, que se recomienda iniciar durante el primer año de vida, nuestros hijos podrán crecer con una sonrisa sana. En este sentido, durante la infancia existen ciertos hábitos poco saludables, como el uso inadecuado del biberón y del chupete o el consumo inadecuado de golosinas, que pueden incrementar el riesgo de padecer, además, otras patologías.

¿Qué pautas podemos seguir para ayudarles a mantener una buena salud oral?

  • Se debe evitar el consumo excesivo de alimentos y de bebidas azucaradas, que contribuyen a la desmineralización de los dientes y a la aparición de la caries.
  • Se recomienda no compartir cucharas, cepillos de dientes u otros utensilios con los más pequeños. De la misma manera, se debe evitar soplar la comida o limpiar el chupete con saliva para no contaminarlos con bacterias.
  • Desde un primer momento, se deben higienizar las encías con un paño húmedo o un dedal de silicona. El cepillado debe iniciarse con la aparición del primer diente de leche.
  • Es importante, además, que los niños acudan por primera vez al odontopediatra durante su primer año de vida. Así, podremos detectar de forma temprana cualquier afección en sus dientes o encías.

Durante la infancia, la aplicación tópica de flúor mediante pastas de dientes permite la remineralización de los dientes, así como la prevención frente al desarrollo de la caries. En niños de hasta 3 años, es importante utilizar el equivalente a un grano de arroz; a partir de esa edad, a un guisante. Cumplidos los 6 años, la concentración de flúor puede variar desde los 1.450 a los 5.000 ppm, en función del riesgo de padecer caries y de la prescripción del odontopediatra.

 

En todo caso, consultar a tu dentista es la única manera de conocer cuáles son los hábitos de higiene específicos que tu hijo necesita adoptar según su edad y sus necesidades propias. Si necesitas más información al respecto, puedes ponerte en contacto con nosotros. ¡Estaremos encantados de poder ayudaros!